La sombra de Dios

La Diez no encuentra dueño.

Riquelme nunca me gustó. No jugó un buen Mundial, frenó los ataques argentinos, no hizo jugar a goleadores como Crespo. Antes, tampoco me gustaba. Porque jugaba para Boca, y nos pegó flor de baile, más de una vez.

La cuestión es que anoche anunció que renuncia a la selección argentina. Y siento una frustración más, no por Riquelme en sí mismo, sino por lo difícil que es para la Argentina encontrar una armonía luego del retiro de Maradona.

La Diez tiene una maldición. En el Mundial 98, el primero sin Diego, la usó Ortega, y terminó expulsado, dos minutos antes de que Holanda nos dejara afuera de competencia. En el 2002, volvió a usarla Ortega, jugó un Mundial para el olvido -como todo el equipo- y luego tuvo un problema grave con su club de Turquía, que casi lo deja fuera del fútbol. Ahora, Riquelme. Mal Mundial, y renuncia dos meses después.

A Brasil le costó 24 años pasar el trauma Pelé, y volver a ganar la Copa. Argentina cumple los 24 años sin salir Campeón en el próximo Mundial, de Sudáfrica 2010…

(Visited 6 times, 1 visits today)